La ilusión del entrevistador experto: por qué debes desconfiar de tu instinto al contratar
- Azucena LoRi
- 16 oct
- 3 Min. de lectura
En el mundo empresarial, nos enseñaron que el talento es la clave del éxito. Sin embargo, la mayoría de las organizaciones implementan prácticas de contratación que, por definición, las condenan a obtener apenas talento promedio. La razón es dolorosamente simple: todos creen ser expertos en selección de personal, lo que nos lleva a caer en la trampa de “Lago Wobegon”, donde “todos los recién contratados están por encima de la media”.
Pero ¿qué sucede cuando tu propia mente se convierte en el mayor obstáculo para contratar talento excepcional?
La contratación es, sin duda, la función de personal más importante en cualquier organización. Si los recursos son limitados, la inversión prioritaria debe estar en atraer y evaluar a nuevos empleados, no en formación costosa que intente convertir a un trabajador promedio en una estrella. El problema radica en que, a pesar de la inversión, seguimos confiando en el “juicio instintivo”.
La trampa del sesgo de los diez segundos
La ciencia demuestra que gran parte de las entrevistas es una pérdida de tiempo. La apreciación determinante —la que sella el destino del candidato— ocurre en los primeros diez segundos de la interacción.
Una vez que el entrevistador se forma esa impresión inicial —basada en el apretón de manos, el lenguaje corporal o una presentación breve—, dedica el resto del encuentro a buscar pruebas que confirmen ese sesgo. Es el fenómeno del sesgo de confirmación. Si el candidato le gusta, buscará razones para que le guste más; si no le gusta, se enfocará en justificar su rechazo. Preguntas tradicionales como “¿Cuál es tu mayor debilidad?” o los irritantes acertijos capciosos que buscan ser originales resultan inútiles: son altamente subjetivos y tienen poca capacidad predictiva del rendimiento real.
La única manera de superar esta limitación humana es desterrar la intuición y sustituirla por la objetividad.
La regla cardinal: contratar a tu sucesor
Si quieres transformar tu empresa, hay una regla de oro inquebrantable para el reclutamiento: contrata únicamente a personas que sean mejores que tú en algún aspecto significativo.
Esto no es solo una máxima inspiradora, es una necesidad pragmática. Un listón de calidad elevado garantiza que el peor escenario posible sea un empleado con resultados medios, lo cual es mucho menos tóxico que una mala contratación.
Para mantener este estándar riguroso, necesitas introducir dos grandes cambios:
Contratar más despacio
El talento de excepción (percentil 90 o superior) escasea. Es imperativo tomarse el tiempo necesario y no ceder a la presión de llenar un puesto rápidamente. Es preferible perder una generación de ingenieros recién graduados antes que contratar a un solo tecnólogo mediocre.
Quitar poder al directivo
Los directivos, incluso con las mejores intenciones, tienden a comprometer los estándares cuando la búsqueda se alarga, o pueden mostrar parcialidad hacia amigos o contactos. La solución es que la decisión final de contratación recaiga siempre en un grupo de pares, un comité o un equipo especializado e independiente, sin interés directo en cubrir ese puesto. Esto garantiza objetividad y elimina el riesgo de que el poder se concentre en una sola persona.
Enfoque en atributos y ciencia
La ciencia de la selección laboral ha demostrado que la capacidad cognitiva general (la habilidad para aprender y adaptarse) y las entrevistas estructuradas son los mejores indicadores de éxito futuro.
En lugar de enfocarte únicamente en la experiencia laboral —que es el atributo menos importante de todos— tu proceso de evaluación debe buscar atributos universales como:
Liderazgo emergente
Capacidad para liderar sin tener autoridad formal y voluntad de reintegrarse al equipo una vez que sus capacidades específicas dejan de ser pertinentes.
“Googleidad” (humildad y responsabilidad)
Personas con una alta dosis de humildad (es difícil aprender si no admites que puedes estar equivocado) y una gran responsabilidad (actuar como propietarios, no como empleados).
Capacidad cognitiva general
Habilidad para aprender y adaptarse a situaciones nuevas.
La contratación excelente no consiste en atraer a los más famosos, sino en encontrar a las mejores personas para triunfar en el contexto de tu organización y que, a su vez, eleven el nivel de quienes les rodean. Al cambiar tu enfoque de la intuición a la objetividad y comprometerte con la calidad, estarás construyendo una ventaja competitiva sostenible.
El talento más valioso se siente atraído por lugares que ofrecen un trabajo con sentido y la oportunidad de modelar el destino de la organización. Si la contratación es tu actividad más importante, no la dejes al azar. Comprométete hoy a establecer un listón de calidad elevado y a confiar en los datos y el juicio colectivo en lugar del instinto subjetivo.
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